De un total de 4.390 masas de agua tipo río que hay en España, solo el 55% se considera que están en buen estado ecológico; un 43% suspenden en calidad (el término oficial es «peor que bueno»); y un 2% están sin monitorizar.
Esta evaluación no permite identificar problemas puntuales, pero sí da la visión general: nuestro país no cumple con el objetivo de la Directiva Marco del Agua, que era que en 2015 todas las masas de agua estuvieran en buen estado. Desde el Ministerio de Agricultura apuntan que están poniendo «en marcha los pliegos de seguimiento del estado ecológico de los ríos de competencia estatal, con un presupuesto de 100 millones de euros, para contar con una radiografía de su estado ecológico, más allá de los datos de cantidad y calidad habitual.
Y es que el principal problema es la falta de una depuración adecuada. «En España aún nos falta un 15% de población atendida en depuración y además tenemos cierto déficit de cumplimiento en zonas sensibles –donde hay que hacer un esfuerzo en reducir el fósforo y el nitrógeno– y de utilización de tratamientos más avanzados», dice Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS).
La razón está en «la dificultad de disponer de inversión pública, con lo que vemos difícil cumplir» el objetivo de inversión recogido en la planificación hidrológica a 2021, que asciende a 11.800 millones de euros, de los cuales 5.600 son para depuración y el resto son actuaciones ambientales que influyen en la calidad del agua, como los tanques de tormenta o nuevos colectores. De esta inversión en depuración, Agricultura ha garantizado unos 1.100 millones de euros a través del Plan Crece. El resto corresponde a regiones, ayuntamientos y a entidades de gestión, lo que antes o después puede llevar al alza en la factura doméstica.