El cambio climático es uno de los principales problemas medioambientales del siglo XXI, cuyos efectos ya son un hecho. Según las predicciones de la comunidad científica, la temperatura media del mundo subirá entre uno y tres grados durante los próximos cien años.
Andalucía será una de las regiones que más notarán estos cambios, siendo especialmente vulnerable por su situación geográfica y características socioeconómicas. En el caso particular de la provincia de Huelva, debido a su cercanía al mar y su baja cota, los efectos serían bastante notables y relevantes. Recientemente ha salido a la luz una aplicación web donde se puede consultar el alcance de la subida del nivel del mar y como afectaría a determinadas localidades como Aljaraque, Ayamonte, Corrales, El Rocío, Gibraleón, Isla Cristina y la propia capital, entre otras.
Los impactos del cambio climático pueden tener consecuencias especialmente graves, entre otras, en lo referente a la disminución de los recursos hídricos y la regresión de la costa, pérdidas de la diversidad biológica y ecosistemas naturales, aumentos en los procesos de erosión del suelo y pérdidas de vidas y bienes derivadas de la intensificación de sucesos adversos asociados a fenómenos climáticos extremos, tales como inundaciones, incendios forestales y olas de calor.
En este contexto resulta fundamental seguir trabajando en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el incremento de la capacidad de sumidero de CO2 para ayudar a mitigar el cambio climático, y el desarrollo de herramientas de análisis, conocimiento y gobernanza para actuar frente al cambio climático desde el punto de vista de la mitigación.
El cambio implicará necesariamente la remodelación y redefinición de nuevas políticas como la científica tecnológica, hidráulica, energética, agrícola, medioambiental y la planificación del territorio.