Son tan eficientes que, para poder mantener en uso sus plantas de reciclaje, deben importar basura de otros países.
Suecia ha implementado una política integral de reciclaje, por lo que, aunque la mayoría de iniciativas dedicadas a la importación y quema de residuos sean privadas, la energía que se genera durante su tratamiento va a parar a la red nacional, y sirve para calentar los hogares en invierno.
Los municipios suecos están invirtiendo fondos en nuevas técnicas con las que aprovechar los beneficios derivados del reciclaje adecuado de los residuos. Además de los sistemas de calefacción a nivel de distritos que ya existen están pensando, por ejemplo, en sistemas de contenedores subterráneos (para eliminar tanto el olor de los residuos como el espacio que ocupan en las calles los cubos de basura).