La biomasa tiene numerosos orígenes y posee diferentes aprovechamientos, si bien solemos referirnos con este término a los biocombustibles sólidos de carácter lignocelulósico o cualquiera de sus formas densificadas como los pellets o las briquetas. Su uso puede ser eléctrico (en centrales térmicas de biomasa) o térmico ( en calderas), e incluso puede ser empleada para la producción de biocarburantes, como el biotenanol o el biodiésel.
Beneficios del uso de la biomasa
Las ventajas del uso de la biomasa son de sobra conocidas: es una fuente de energía sostenible y rentable, favorece la economía circular, impulsa la creación de empleo verde y reduce la dependencia de los combustibles fósiles. En este punto, es importante recordar que España es una potencia europea en cuanto a la producción de recursos biomásicos de todo tipo. Ello se debe a los recursos absolutos de biomasa forestal y a la disponibilidad de otros recursos biomásicos susceptibles de aprovechamiento (valorización energética de residuos procedentes de la producción de aceite de oliva, purines procedentes de ganado porcino o restos procedentes de producción hortofrutícola).
Redes de calor y frío con biomasa en España
A pesar de ello, queda camino por recorrer y, si bien hay numerosos proyectos sobre la mesa, la apuesta por esta fuente de energía renovable es desigual en el territorio nacional. Sirva como ejemplo, los datos aportados por la Asociación Española de la Biomasa en su último informe sobre redes de calor y frío con biomasa en España, con datos hasta 2022.
Una red de calor es un sistema centralizado de climatización encargado de distribuir energía térmica desde una central de generación hasta los diferentes puntos de consumo. El territorio nacional cuenta con 479 redes de calor y frío de biomasa, de las que 17 se pusieron en funcionamiento el pasado año. Casi la mitad se concentra en Cataluña (218 instalaciones y 93,5 MW), comunidad a la que sigue Castilla y León, que cuenta con 69 redes y 141,5 MW instalados, lo que representa más del 30% de la potencia de toda España.
Estrategias y apuestas
Ambas comunidades encabezan esta lista gracias a la apuesta decidida de las administraciones. En Cataluña, las diputaciones provinciales promueven la construcción de redes en pequeños municipios, mientras que en Castilla y León, la empresa púbica SOMACYL, a través convenios con municipios interesados, y la iniciativa privada están detrás de proyectos que se desarrollan en capitales de provincia y otras localidades.
En el otro lado de la balanza hay que situar a comunidades como Murcia (2), La Rioja (2), Cantabria (3) o Andalucía que, si bien con un total de 11 redes no cierra esta lista, sí sorprende su posición debido a que se trata de la segunda comunidad autónoma de España en superficie, la primera en población y es una región muy rica en recursos biomásicos.
Centrales térmicas de biomasa
España cuenta con numerosas plantas de biomasa, siendo Andalucía la comunidad que mayor número posee, seguida de Castilla La Mancha y Castilla León.
Actualmente, una de las mayores planta de biomasa en España es la de Ence en Huelva, con una capacidad de producción de 50 MW a partir de combustible de biomasa procedente de subproductos agrícolas y forestales originarios de zonas cercanas a la instalación. Entró en funcionamiento en 2012, cubre las necesidades de consumo eléctrico de más de 56.000 personas y está considerada como una de las mayores plantas de biomasa de Europa.
Para finales de este año está prevista la finalización de las obras de la construcción de una de las planta de cogeneración de biomasa más grande de España, cuyo funcionamiento comenzará a principios del 2024. Esta nueva planta de cogeneración por biomasa se ubica en Olmedo y contará con una capacidad de molturación de 12.000 / 12.500 t/día de remolacha azucarera. La planta de biomasa cubrirá las necesidades energéticas de la fabrica azucarera.
Retos de las centrales de biomasa
A pesar de todo, la producción de electricidad a través de la biomasa es otro de los campos en los que aún queda camino por recorrer. El Plan de Energías Renovables 2011-2020 planteó alcanzar el objetivo en 2020 de 1.350 MW instalados de generación eléctrica a partir de biomasa sólida. Sin embargo, solo se consiguieron 857 MW.
Según la memoria de 2021 de Red Eléctrica Española (REE), desde 2014 a 2019, la biomasa generó un total de 5,3 TWh de electricidad, el 5 % de la generación renovable en ese período. Asimismo, la Asociación de Empresas de Energías Renovables APPA-Renovables, considera que con el cumplimiento de todos los objetivos marcados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, la biomasa (en general) generaría alrededor de 10.050 GWh anuales, lo que representaría únicamente un 5,8 % del potencial total de esta fuente energética. Estos dos datos pueden servir para mostrar el margen de maniobra existente.
Hay estudios que calculan una disponibilidad de 20 millones de toneladas de biomasa al año, agrícola y forestal, suficientes para abastecer una potencia superior a 2.500 MW eléctricos. Una planta de biomasa, ubicada en la zona apropiada y cerca de estos recursos, tiene capacidad para sustituir la producción de dos plantas nucleares.
Conclusión
Con todos estos datos, es fácil concluir que, a pesar del contexto de dificultad, las redes de calor con biomasa y las centrales para la producción de energía eléctrica a través de esta fuente de energía renovable, se configuran en los próximos años como una de las herramientas más eficaces para alcanzar el objetivo de descarbonización de la economía establecido por la UE.