Este envío lo ha hecho poco más de una semana después de su lanzamiento desde el Puerto Espacial Europeo de Kurú (Guayana Francesa): el satélite medioambiental Sentinel-2B fue puesto en órbita la madrugada del pasado 7 de marzo a bordo de un cohete Vega.
Con un campo de visión capaz de barrer 290 kilómetros, la primera adquisición del satélite comenzó sobre el Mar Báltico, para continuar a través de Europa oriental y terminar en el norte de Libia, informó la Agencia Espacial Europea (ESA) en una nota.
Los datos de las imágenes se retransmitieron en tiempo real a la estación terrestre de Matera (Italia), donde se procesaron las imágenes.
El instrumento principal del satélite y el que posibilita la ‘vigilancia’ de la Tierra es una cámara multiespectral con 13 bandas (a más bandas más materiales en tierra se podrán identificar) de alta resolución.
El satélite se encontró con una Italia soleada y uno de los puntos distintivos de estas primeras tomas fotográficas fue la ciudad portuaria de Brindisi, en Apulia (el 15 de marzo). Otros lugares en los que se ‘fijó’ fueron Crotone en Calabria y parte de la costa de Albania.
El Sentinel-2B opera con su gemelo, el Sentinel-2A, y ambos pertenecen al programa europeo Copérnico de observación de la Tierra (el Sentinel-2B es el quinto de los satélites en órbita de dicho programa).
El 2B está ahora en fase de puesta en marcha y estará completamente operativo dentro de tres meses. Cuando lo esté, cubrirá junto a su gemelo la superficie terrestre cada cinco días, las mayores islas y las aguas costeras y continentales -entre las latitudes 56 grados sur y 84 grados norte-.
Los dos Sentinel-2 fotografiarán incendios, inundaciones, ofrecerán servicios útiles para la pesca o sobre la contaminación de lagos y mares, y podrán monitorizar el crecimiento de la vegetación.